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La lucha por los derechos humanos en San Luis Potosí: el CEPODHAC (1990-2000)

Con ocasión del 66 aniversario de la Proclamación y aprobación de la Declaración de los Derechos Humanos por la Asamblea de las Naciones Unidas, y con la intención de ir construyendo la microhistoria del tema en nuestra entidad, pongo a consideración el contenido de este artículo, que por diversas razones, ha permanecido inédito.

Desde su creación en noviembre de 1990 hasta el cierre de sus oficinas en Marzo del 2000 el Centro Potosino de Derechos Humanos, A.C. (CEPODHAC) constituyó un referente fundamental para comprender la evolución y trayectoria contemporánea del tema en nuestra entidad. Además, tal esfuerzo ha significado uno de los más consistentes y sostenidos esfuerzos de la sociedad civil potosina en materia de defensa, protección y promoción de los derechos humanos.

Durante tal lapso de tiempo su desempeño y actividad en la lucha por los derechos humanos atravesó por distintas etapas definidas tanto por los factores de su vida y organización interna, así como por el contexto local y nacional.

De entrada, debe señalarse que su creación encontró terreno fértil en la sociedad potosina de la época, que atravesaba por un periodo intenso de actividad cívico-política.

El Centro Potosino de Derechos Humanos, A.C. se fundó el 7 de noviembre de 1990, resultado directo del trabajo de un equipo promotor que por entonces realizaba un trabajo de desarrollo y promoción comunitaria inspirado en la Teología de la Liberación, en varias comunidades campesinas situadas en el Altiplano Potosino. El continuo contacto con la realidad imperante en la zona, así como información proveniente de otras regiones del estado, llevó al equipo promotor a considerar la creación de un centro de derechos humanos. Fue así que, después de una consulta amplia del equipo promotor, a sectores representativos de la sociedad potosina, se fundó el CEPODHAC. Un amplio y plural grupo de potosinos y potosinas respondieron a la convocatoria que el grupo promotor realizó desde inicios del año de mil novecientos noventa.

El tema de los derechos humanos comenzaba a abrirse campo en la mesa de la discusión pública de la nación, tanto por los graves casos de violación a los derechos humanos que afloraban aquí y allá, así como por el aumento geométrico de las, entonces poco notorias, ONG´s ahora denominadas OSC.

En el contexto local, una serie de arbitrariedades policiacas evidenciaban la gravedad de la violación a los derechos humanos en el estado: desalojos de campesinos en los predios de La Muralla y las Veguitas en el municipio de San Vicente Tancuayalab, el asesinato de un detenido a manos de la Policía Judicial cuyo cuerpo apareciera con huellas de tortura en el Río Tampaón, y muchos otros casos más que permitían observar un grave cuadro de violación sistemática de los derechos humanos, civiles, políticos, económicos y sociales de numerosos potosinos y potosinas.

Desde el punto de vista político, la oposición lograba conformar un proyecto común que le permitiría participar en el proceso electoral para la gubernatura de 1991, y en el que se enfrentaron las candidaturas del opositor y líder civilista Salvador Nava y el oficialista Fausto Zapata. Tal proceso electoral, como es sabido, tuvo un profundo impacto no solo en la entidad sino a nivel nacional, en medio de la aparente "pax salinista".

La cercanía temporal entre la creación del CEPODHAC y lo anterior, fue intencionalmente aprovechada y utilizada por el gobierno local en el marco de una estrategia de descrédito, para crear la errada impresión respecto de la naturaleza del naciente organismo, al que quisieron catalogar como un organismo subordinado a intereses político-partidistas. Pero muy pronto el CEPODHAC dio probada muestra de su seriedad y profesionalismo en la defensa y promoción de los derechos humanos, tanto al iniciar numerosos procesos de capacitación ciudadana en el tema, así como encabezar denuncias públicas respecto de numerosas violaciones a los derechos humanos. La ciudadanía potosina comenzó a valorar la labor del CEPODHAC y a acudir a él, a pesar del constante asedio gubernamental empeñado en su estrategia de desprestigio apoyada por sus incondicionales columnistas y voceros oficialistas. De hecho, fue el asedio gubernamental el que certificó ante los potosinos la labor independiente y seria del CEPODHAC.

Desde sus inicios, la asociación se vinculó al movimiento nacional de ONG´s por los derechos humanos, y participó activamente en la creación de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, "Todos los derechos para todas y todos" (mayo de 1991), el más importante espacio de encuentro y coordinación nacional de OSC especializadas en el tema y que hoy día agrupa a 73 agrupaciones en 21 estados de la república.

Para 1993 el CEPODHAC era ya una asociación reconocida por su trayectoria de defensa y promoción de los derechos humanos, tanto en la entidad como en el movimiento nacional de los derechos humanos, y su trabajo se consolidaba mediante la implementación de numerosos proyectos y actividades: elaboración de informes anuales sobre la situación de los derechos humanos en la entidad; realización de Jornadas Estatales por los Derechos Humanos; campañas contra las arbitrariedades policiacas; campañas de información y difusión de los derechos humanos; eventos culturales de difusión; denuncias de violaciones a los derechos humanos; proyectos radiofónicos de difusión y capacitación destinados a los grupos étnicos del estado; proyectos de defensa ambiental en la región de Alaquines; participación en procesos de observación electoral; y muchos más.

El quinto aniversario de su fundación, el año de 1995, marcó un momento decisivo en el desarrollo del CEPODHAC, ya que a su interior se vieron enfrentadas distintas apreciaciones respecto de las estrategias de trabajo y acción que la asociación debía implementar. Finalmente, al interior de la estructura organizativa de la asociación se impusieron una serie de políticas de trabajo que condujeron a una escisión y, en el corto y mediano plazo al progresivo decaimiento, más o menos generalizado, de las actividades de la asociación. En perspectiva, el saldo de tal situación significó el punto de inflexión de la organización que le condujo a un largo proceso de involución en materia organizativa, patrimonial y del alcance de su impacto social en la comunidad a través de los distintos proyectos que con anterioridad realizaba. Tal dinámica regresiva continuó profundizándose por sucesivos eventos internos.

Para 1996 era notorio que el CEPODHAC había declinado en su capacidad operativa, así como en su impacto social y la labor de interlocución ciudadana que en materia de protección y promoción de los derechos humanos había realizado anteriormente.

El contexto local también había cambiado; por un lado la estrategia gubernamental de contención y apropiación del tema mediante la creación, en abril de 1994, de la oficialista Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). Por otro lado, era también notorio que para entonces la sociedad civil potosina atravesaba un reflujo generalizado de la gran actividad desplegada a inicios de la década manifestado en: la escisión del navismo; el ascenso del PAN; la consolidación de un grupo hegemónico priísta local; y la permanente fragmentación al interior del PRD. Tal contexto, a la luz del tiempo transcurrido, impactó adversamente en el ímpetu cívico local ofreciendo condiciones poco idóneas para reimpulsar el esfuerzo ciudadano del CEPODHAC.

Infructuosos proyectos de reestructuración de la organización se sucedieron del 97 al 2000. Corresponde a quienes formamos parte de ese esfuerzo ciudadano analizar las causas internas de lo sucedido, pero en materia de la creación de una cultura de los derechos humanos, es claro que el CEPODHAC encabezó una etapa de suma y decisiva importancia al respecto. Fue él quien, desde el inicio de la década de los noventa, documentó fehacientemente el patrón sistemático de violación a los derechos humanos bajo el cual operan las instituciones procuradoras y administradoras de justicia del Estado. Fue también quien encabezó los primeros proyectos y esfuerzos sistemáticos de capacitación y difusión del tema en la entidad, de tal forma que gracias a su labor, el tema de los derechos humanos obtuvo en la agenda local un lugar propio y específico, adquiriendo así su carta de ciudadanía. Mediante la elaboración de proyectos específicos de promoción, capacitación y difusión para distintos sectores sociales, particularmente niños y grupos étnicos, mediante estrategias diversas, tales como proyectos radiofónicos, eventos culturales y académicos, y en ámbitos tan variados como: garantías individuales, derechos políticos, defensa del medio ambiente, derechos sociales y culturales, el CEPODHAC colaboró a la creación de una cultura de los derechos humanos, desde una perspectiva integral y siempre desde la trinchera de la sociedad civil y con una clara independencia y abierta crítica hacia el poder.

Tuve la fortuna de participar de ese primigenio grupo promotor que impulsó la creación del CEPODHAC y, durante buena parte de su historia, ser parte del Consejo Directivo y vocero oficial.


(Artículo publicado en La Jornada San Luis y Revista Transición)


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