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La irrupción juvenil

Una bocanada de aire fresco a la vida colectiva y política han traído las movilizaciones estudiantiles y juveniles de las recientes semanas.

Sus efectos son notorios. La principal empresa televisora ha dado muestras de un giro a su cobertura noticiosa y, en ciertos espacios, se ha abierto a las corrientes de opinión impulsadas por las protestas juveniles. El escepticismo, sin embargo, no desaparece. En las redes sociales se cuestiona abiertamente si el giro es tal, si es auténtico o una mera apariencia estratégica para desmovilizar a los jóvenes y “aplacarlos”.

El hecho es que la reacción estudiantil a la descalificación y al sesgo informativo, a través de formas de comunicación alternativas sobre las que los poderes fácticos no tienen posibilidad de control ha generado un efecto. Ya se verá si es simple apariencia o no, pero que la reacción social obligó a Televisa a algo, es un signo de lo que la presión ciudadana de nuevo cuño puede lograr. No es poca cosa.

Por primera vez en México, las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y sus jóvenes usuarios han generado una movilización social que muestra sus posibilidades y alcances. Ya se había visto en otros países, más no aquí.

Las TIC permiten formas de intercomunicación directas, horizontales, inmediatas y abiertas que escapan al control tanto gubernamental como de los tradicionales medios de comunicación. Ya son ampliamente utilizadas por los jóvenes para asuntos personales y de grupo, pero por primera ocasión son utilizadas para irrumpir en el terreno público y, por ello, político. Es una manifestación de lo que algunos llaman la ciberdemocracia, concepto de reciente aparición que analiza, entre otros aspectos, la forma en que las TIC pueden impulsar la democracia directa en las sociedades actuales.

Las movilizaciones también han impactado de manera directa en las campañas políticas. El PRI, ante la reacción estudiantil mediante las redes sociales y la movilización originada, dio marcha atrás en su inicial estrategia de minimizar y desacreditar lo sucedido en la Universidad Iberoamericana. Y debieron reconocer que el reciente “Manifiesto para una Presidencia Democrática” obedece, en buena medida, a las críticas que generó la inicial estrategia de control de daños que intentaron luego de los acontecimientos en “la Ibero”.

Que Televisa y la campaña de Peña Nieto hayan reaccionado como efecto de la irrupción juvenil por canales propios a través de las TIC, son asuntos que deben analizarse y valorarse adecuadamente.

El eje del análisis, desde mi opinión, no debe centrarse en la “nueva” actitud de tales actores, sino en los factores que les obligan a modificar sus comportamientos. La pregunta no debe ser ¿han cambiado verdadera y genuinamente? sino analizar la naturaleza y alcance de los factores externos a su voluntad que les orillaron a tales cambios notorios y significativos, con independencia incluso de la temporalidad que lleguen a tener. No se trata de auto contención sino de contención externa. El poder no se auto contiene, sólo la resistencia externa le genera límites.

Nunca antes como ahora hay tantas personas jóvenes en México y así será hasta el 2015, cuando se llegue al máximo histórico. Bienvenida sea la irrupción juvenil de este mayo mexicano. Abrigo la esperanza de que sea el inicio de la decisión juvenil de exigir a plenitud su condición ciudadana, con sus formas propias y sus modos.


(Artículo publicado en La Jornada San Luis y Revista Transición)


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