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El IFE hoy: ciudadanos y servicio profesional (tercera y última parte)

He afirmado, en las anteriores colaboraciones, que existen dos procesos que definen y configuran al IFE hoy día: la ciudadanización de los órganos directivos y la constitución de un servicio profesional de carrera, y he delineado a grandes rasgos su evolución.

En esta última colaboración sobre el tema, vendrán otras luego para analizar otros aspectos, abordaré la correlación que hoy día guardan ambos procesos y los efectos que ello puede tener en el actual proceso electoral en curso.

Si la ciudadanización buscaba arrebatarle al gobierno y los partidos políticos el control del organismo electoral, la conformación del Servicio Profesional Electoral (SPE) buscaba algo semejante. Planteado por el Dr. Rafael Martínez Puón, Director Ejecutivo del Servicio Profesional Electoral del IFE: …la idea central de la creación del Servicio Profesional Electoral es que los funcionarios que lo conforman no sean rehenes de los intereses de los partidos políticos. (Política Digital, del 1 de marzo del 2010).

En efecto, el personal técnico y administrativo con el que en 1990 se funda el IFE formaba parte, en buena medida, de su antecesora Comisión Federal Electoral controlada por el Gobierno Federal y su, entonces, partido oficial: el PRI. Los casos paradigmáticos de esta simbiosis inicial son Felipe Solís Acero y Emilio Chuayfett Chemor, quienes ocuparon importantes cargos en el naciente IFE, el primero de ellos en la propia conformación del Servicio Profesional Electoral, para después, sin escalas de por medio, transitar y regresar a actividades partidistas con el PRI.

De a poco, mediante la progresiva instauración de un sistema basado en los méritos, el ingreso por concursos de oposición, la capacitación y la evaluación permanentes y un sistema sancionador –entre otros elementos- la vieja guardia del personal ejecutivo y administrativo, en buena medida, aún cercana o con vínculos al PRI, si no abandonó el IFE, fue circunscribiendo su labor a una perspectiva más institucional. A ello ha contribuido también el arribo de nuevos cuadros que ingresaron en base a las diversas reformas al Estatuto del Servicio Profesional que consolidaron el modelo de un servicio civil de carrera.

Estimo que ambos procesos, ciudadanización y profesionalización, lograron sus objetivos. Conviene ahora preguntarse: ¿cómo ha evolucionado la relación entre ambos elementos decisivos de la arquitectura institucional del IFE?

En base a diversos análisis (Schedler, Ackerman, Merino), pero principalmente a mi experiencia como Consejero del IFE en el periodo 2000-2002 y en el actual proceso en curso, aventuro algunas ideas.

Al paso que se consolidaba el Servicio Electoral Profesional, se generó un proceso por el cual, en buena medida y muy particularmente en los niveles delegacionales y distritales, la ciudadanización resultaba mediatizada por el Servicio Electoral Profesional. Así, la mayoría de los nombramientos en las entidades, aun siendo atribución formal de los nueve integrantes del Consejo General, solían realizarse en base a información y sesgos provenientes de las Juntas Ejecutivas en los estados, quienes sí cuentan con una red de contactos locales de los que suele carecer el Consejo General. Ello se replicaba, a su vez, en los Distritos que conforman la estructura base del IFE.

Así, en términos generales, existía la tendencia de generar una “zona de confort” para los órganos ejecutivos y técnicos del IFE que integran las Juntas Locales y Distritales. Sea porque el proceso de conformación se realizaba de la manera descrita o bien, porque al permanecer a lo largo de diversos procesos los Consejeros terminaban, por efectos de los vínculos de cercanía generados, por asimilarse a esa “zona de confort” que también les permitía realizar su labor de vigilancia y supervisión con baja intensidad. Siempre con excepciones, desde luego.

Los conceptos “vigilar” y “supervisar” que describen y definen en el propio COFIPE la función central de los consejeros ciudadanos fue paulatinamente sustituida, en el discurso institucional, entre amplios sectores del Servicio Profesional Electoral, por el vocablo: “avalar”.

La reciente integración del Consejo Local y los Consejos Distritales, analizadas en las colaboraciones previas, ha venido a trastocar el modelo descrito, generando una serie de reacomodos que establecen condiciones cualitativamente distintas para el proceso electoral en curso.


(Artículo publicado en La Jornada San Luis y Revista Transición)


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