De la computadora a la plaza pública
El movimiento Yo Soy 132 continúa su empuje. Sigue siendo el evento más trascendente del momento y con un impacto directo en los procesos electorales en curso. Surgido en el contexto del proceso electoral no puede reducírsele a él.
Es difícil prever cuál será su derrotero. Hoy mismo, mientras escribo estas líneas, el movimiento se reúne en una Asamblea General Universitaria en la Ciudad Universitaria de la UNAM en busca de definiciones, estrategias y acciones. Las conoceremos a la par de la publicación de este texto.
Migrar de la computadora a la deliberación pública en las plazas o asambleas implica cambios. Mientras que mediante las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) la intercomunicación es directa, horizontal, inmediata y abierta, no puede ocurrir exactamente lo mismo en la plaza pública, que requiere formas distintas. Aplica la famosa frase de Marshall McLuhan: el medio es el mensaje.
Si bien el Movimiento Yo Soy 132 nace directamente como reacción al sesgo informativo que los medios masivos de comunicación quisieron imprimirle a un incidente con la visita del candidato presidencial del PRI a la Universidad Iberoamericana, fueron las TIC el medio utilizado para reaccionar, convocar y actuar. Fue gracias a las posibilidades de intercomunicación e interconexión de las TIC que el Movimiento se ha conformado y expandido. Ahora que se reúne en un medio distinto, de características físicas y comunicativas diferentes, deberá superar algunas de sus dificultades y límites: el asambleísmo, el exceso discursivo, la “representatividad”, entre otras.
Algunas de estas características son incluso las opuestas a las que las TIC ofrecen. En plataformas como Facebook, YouTube, Twitter, los mensaje de texto vía celular, etcétera, no se requiere de asambleas deliberativas, los mensajes son cortos, directos e inmediatos, los tiempos son administrados de manera individual sin la carga de colectividad que requiere y suponen la asambleas, si algo no te gusta o no estás de acuerdo te lo saltas o lo eliminas. Las decisiones también son individuales, te sumas y aportas en una permanente construcción que no requiere el natural desgaste del tiempo, los votos o los consensos. La construcción es acumulativa y puedes ir y volver a los mensajes. Si bien la construcción es acumulativa y secuencial, su dinámica y naturaleza es muy diferente a las deliberaciones de la plaza pública y la asamblea.
Las asambleas puedes ser exasperantes y el manejo de las diferencias y los conflictos no son de fácil resolución como dar un “me gusta” o abstenerse de hacerlo en el Facebook. En las TIC no representas a nadie más que a ti mismo, y tus personales ocurrencias o magníficas propuestas e ideas solo son exclusiva responsabilidad tuya, las consecuencias que enfrentas –de haberlas- por unas y otras, son de naturaleza distinta a las que se toman en una asamblea o la plaza pública.
Ya los críticos de McLuhan han dejado en claro los alcances y límites de su célebre frase. Para el caso del Movimiento Yo Soy 132, deberá ponerse especial consideración en los contenidos, las definiciones y acciones a las que lleguen. Sin embargo, no hay duda de que la migración de la computadora a la plaza pública y las asambleas deliberativas supone un reto para el pujante Movimiento. Es claro que la migración no es total, sin duda las TIC seguirán siendo el vehículo y el principal medio de difusión y propagación del movimiento. Si bien las asambleas y las deliberaciones en la plaza pública implicarán retos, también puede significar la maduración y la magnificación de su impacto en la actual coyuntura. Al tiempo.
(Artículo publicado en La Jornada San Luis y Revista Transición)