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Participación ciudadana… en serio

Hoy día, la participación ciudadana se considera un atributo fundamental para determinar el nivel de la calidad de la democracia. La democracia no se agota en los procesos electorales, hoy gana terreno la perspectiva de una democracia donde se enfatiza más su capacidad de provocar la participación de la ciudadanía, de estimular debates y deliberación sobre las opciones que enfrenta un país o una comunidad, y de proteger los derechos, promover la justicia y el desarrollo social integral.

En los últimos años las democracias más desarrolladas asisten a un significativo crecimiento y diversificación de los instrumentos participativos que permiten a los ciudadanos intervenir en los procesos de toma de decisiones, especialmente en el ámbito local.

Mecanismos de participación ciudadana que van desde las juntas vecinales de mejoras, consejos consultivos, comités de desarrollo social municipal, comités de obras, planes de desarrollo estatal y municipales, hasta la modalidad de elaboración de presupuestos participativos, representan instrumentos de participación que buscan modelos de desarrollo y gestión de lo público que respondan a las crecientes demandas de implicación efectiva y eficaz por parte de los ciudadanos.

Nuestra entidad no es ajena a tal tendencia. Desafortunadamente tales mecanismos enfrentan procedimientos restrictivos, cerrados, discrecionales y selectivos que provocan una limitada accesibilidad para la participación ciudadana auténtica y genuina. En términos generales, los procesos para la integración, conformación y renovación de los diversos organismos de participación ciudadana no reúnen las condiciones adecuadas para el efectivo impulso de la participación ciudadana, sino que suelen ser un campo fecundo para la simulación, manipulación y clientelismo que termina por distorsionar su sentido genuino y auténtico.

El arribo de nuevas autoridades en el Poder Ejecutivo estatal, los municipios y el congreso, debiera ser una oportunidad para tomarse en serio la participación ciudadana y alejarse de simulaciones.

En pocas semanas, obligados por ley, los municipios deberán renovar los Comités de Desarrollo Social Municipal, las juntas vecinales de mejoras, y otros organismos de participación ciudadana como comités de programas, consejos consultivos ciudadanos y Comités Rurales de Agua y Saneamiento. En no pocas ocasiones lo enfrentan de manera atropellada generando así condiciones de difícil accesibilidad.

El Ejecutivo, a su vez, también deberá renovar diversos Consejos Consultivos Ciudadanos en varias de sus dependencias y, particularmente, diseñar el Plan Estatal de Desarrollo, mecanismo privilegiado que, debiera ser, de participación ciudadana. Los municipios deben hacer lo propio en su respectivo Plan de Desarrollo Municipal.

El Congreso debiera analizar el panorama legislativo en la materia. Urge armonizar algunas disposiciones en la materia como, por ejemplo, modificar el plazo establecido en el artículo 67 de la Ley para la administración de las aportaciones transferidas al Estado y Municipios de San Luis Potosí para la integración de los Consejos de Desarrollo Social Municipales para homologarlo a los 6 meses de plazo que establece el Reglamento para la integración y Funcionamiento de los Organismos de Participación Ciudadana en el Municipio de San Luis Potosí en su artículo 22 que, por cierto, aplica de manera supletoria a todos los municipios de la entidad. En el mediano plazo, debería impulsar la elaboración y promulgación de una Ley Estatal de Participación Ciudadana que otorgue atribuciones claras a los diversos organismos y mecanismos de participación ciudadana regulando los procedimientos de su integración y funcionamiento, en la perspectiva del concepto de gobernanza, y otorgando atribuciones suficientes en la materia al CEEPAC que tiene hoy un mandato sumamente débil en el tema, a pesar de su ilustre apellido… de Participación Ciudadana.

El mayor desafío de la participación ciudadana es impulsar su extensión, creando las condiciones que permitan un acceso efectivo y amplio a los ciudadanos en los asuntos públicos que nos afectan y que llegan a tener importantes consecuencias sobre la vida de personas y comunidades. La participación efectiva es la condición de posibilidad de la organización de una comunidad democrática.

Llega el momento en que la participación ciudadana debe tomarse en serio.


(Artículo publicado en La Jornada San Luis y Revista Transición)


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