Corrupción entre minera San Xavier y SEMARNAT Y Marcelo de los Santos
El caso de la Minera San Xavier (MSX) ejemplifica la degradación de la política, así como dos de las más envilecedoras formas de la corrupción: la simulación legal por parte del gobierno, y la colusión entre los negocios privados y el poder político.
La depredadora e irresponsable MSX perdió el juicio 170/00-05-02-9/634/01-PL-05-04. La resolución del Poder Judicial de la Federación, a través del Noveno Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, anuló la autorización que la SEMARNAT había otorgado a la MSX, por no apegarse a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, así como por ser violatorio de un Decreto Administrativo del Congreso local del 24 de septiembre de 1993, en el que establece como reserva ecológica la zona del depredador proyecto minero. El tribunal, en su sentencia de octubre del 2005, afirma que tal permiso no debió otorgarse ni siquiera de manera condicionada y solicita a la SEMARNAT que emita la resolución en tal sentido.
La SEMARNAT en una acción aberrante e inmoral simula el cumplimiento de la resolución judicial, pero inmediatamente otorga un nuevo permiso a la MSX, ahora más favorable para la empresa. No podía ser de otra forma pues los propios abogados de la empresa lo elaboraron en conjunto con la dependencia, tal y como fue informado por fuentes internas de la SEMARNAT a la organización ambiental Greenpeace. La SEMARNAT ya había actuado como abierta gestora jurídica a favor de la empresa al interponer un recurso de revisión contra la decisión del tribunal. Tras bambalinas también lo ha hecho el gobierno estatal.
Ese es el modus operandi del actual gobierno panista al servicio de los más execrables intereses económicos particulares, que no reparan en la destrucción del medio ambiente y la vida humana con tal de conseguir sus afanes de lucro, como es el caso de la MSX y los lacayos locales que la apoyan.
Las irregularidades se multiplican. La nueva resolución de la SEMARNAT del 10 de abril pasado, no ha sido notificada aún a Pro San Luis Ecológico, quien promovió el juicio perdido por la MSX y la SEMARNAT, y que ahora pretenden evadir de manera por demás burda e ilegal.
Tampoco la Sala Superior del Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa ha dado por bueno el nuevo resolutivo de SEMARNAT como cumplimiento a la sentencia emitida.
Sin embargo el cinismo de la MSX no conoce límites, sabedora que es de la cada vez más abierta y notoria complicidad tanto del gobierno federal como del estatal, afirma que no hay monumento histórico alguno en Cerro de San Pedro. Envalentonada, al amparo de la protección de Marcelo de los Santos, y al más puro estilo gangsteril que caracteriza a sus abogados, la empresa demanda a diestra y siniestra tanto a opositores como al propio Instituto Nacional de Antropología e Historia. Sus empleados agreden a opositores pues saben que nada les pasará.
No se cansan, sin embargo, tanto el gobierno federal y estatal panistas de invocar hipócrita y embusteramente el "estado de derecho", que no es sino un artificio retórico para justificar sus corruptelas e intereses.
El Frente Amplio Opositor a la MSX, en todo momento privilegió los recursos legales, y soportó el embate agresivo y calumnioso de la empresa, el gobierno estatal y la mayoría de los medios de comunicación locales coludidos en la trama. Ahora ante la descarada burla de la empresa y las autoridades federales y locales, y su colusión para simular y evadir la ley, parece cerrarse tal camino.
En el caso de la MSX el estado de derecho no existe ni es respetado por quienes debieran hacerlo. No esperen correspondencia.
El asunto de las MSX es un claro ejemplo de lo que el panismo está dispuesto a hacer con tal de mantenerse en el poder para favorecer intereses privados por encima del interés público, así tenga que recurrir a los métodos más pueriles de corrupción y manipulación de la ley.
Campeones de la doble moral, con su aura simuladora de decencia, hoy día los panistas no reparan en triquiñuela alguna con tal de conservar el poder, enriquecerse o enriquecer a sus favoritos.
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)