Mundo raro
La construcción de mundos ficticios no es atribución exclusiva de los literatos y los artistas en general, también los políticos recurren a ellos aunque por razones más viles. Mientras el artista recrea mundos como resultado de sus habilidades estéticas y técnicas, los políticos lo hacen simple y sencillamente para embaucar y enaltecerse.
Cuando todavía resuenan los ecos del tercer informe de gobierno de Marcelo de los Santos, la terca realidad los apaga sin contemplaciones ni condescendencias.
En su informe el gobernador pinta un ficticio e idílico estado, que asocia con lo que damos en llamar San Luis Potosí, en donde todo es progreso, desarrollo, crecimiento, avance, productividad, competividad, bienestar. Sin entender de límite alguno, se colma de autoelogios y resalta innumerables éxitos que según él colocan al tal San Luis, ficticio e idílico, como líder del centro del país. Un San Luis de "nuevo rostro" que, por supuesto, él moldea a fuerza de fotos y más fotos suyas en la costosa edición de su mensaje.
El tercer informe de Marcelo de los Santos parece marcar el salto al vacío de la megalomanía -fase avanzada del marcelismo, parafraseando un clásico de Lenin- dando paso así a los delirios de grandeza sin contención alguna.
Sin embargo, el mundo idílico termina apenas en cuanto se traspasa el recinto donde resuenan sus palabras, los aplausos de los aduladores y las comparecencias de sus achichincles.
Durante su informe el gobernador utilizó algunos datos del informe sobre el índice de desarrollo humano en San Luis Potosí elaborado en el 2005 por el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), para hacer parecer como propios ciertos avances y manipular los datos de pobreza y alta marginación que en él aparecen.
Así, no solo eludió los datos duros del informe, sino que lo tergiversó para afirmar que en San Luis Potosí no existe ningún municipio con índice de desarrollo humano con nivel bajo, haciéndolo parecer como un logro de su administración. Ni lo uno, ni lo otro.
En rigor, el informe del PNUD establece: "Matlapa y Santa Catarina se ubican por debajo de Chiapas, el estado con menor índice de desarrollo humano. Sin embargo, a pesar de que los municipios de menor desarrollo humano en el estado son considerablemente pobres para estándares nacionales e internacionales, la enorme heterogeneidad y los menores niveles de desarrollo y desigualdad en otros estados hacen que ningún municipio de San Luis Potosí se encuentre entre los cincuenta municipios de menor desarrollo humano en México. Estos municipios, de grandes carencias para cualquier estándar, pero que no se encuentran entre los cincuenta más rezagados del país, son Santa Catarina, Aquismón, San Martín Chalchicuautla, Huehuetlán y Matlapa." (Página 15).
En ninguna parte del informe del PNUD se hace una escala como la utilizada por el gobernador, en la que se clasifique el índice de desarrollo humano en: alto, media alto, medio bajo o bajo, tal y como dio cuenta la nota de Jaime Hernández en la edición del 29 de septiembre en la Jornada San Luis.
Pero no solo el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas contradice el falso edén construido por la palabrería del gobierno estatal, sino que recientes estudios de reconocidas instituciones colocan a San Luis Potosí con graves rezagos en materia de competividad.
El Instituto Mexicano para la Competividad, A.C. y la Escuela de Graduados en Administración Pública del Tecnológico de Monterrey, dio a conocer el índice de competividad estatal 2006 y colocó a San Luis en el lugar 29, de los 32 estados, es decir: en los últimos. De acuerdo con el análisis los peores resultados se presentaron en los rubros de calidad de vida y educación, ecología y tecnología de punta. En tres años, entre el 2000 y el 2003, San Luis cayó 10 posiciones. De la región centro del país, el estudio lo ubica en el último lugar.
La administración estatal aduce que los datos son "obsoletos" pues se refieren al 2003, pero olvida que el informe del PNUD, con el que se vanagloria de que San Luis avanzó un lugar a nivel nacional en el índice de desarrollo humano es también de tal fecha: "San Luis Potosí pasó de un índice de 0.7633 (lugar 21) en 2000 a 0.7748 (lugar 20) en 2003, lo que representa un avance de 1.5%". (Página 9)
No es cuestión de negar los avances que seguramente existen, o de colocarse en el extremo de descalificar cuanto haga la administración estatal. No, lo que es preocupante es su persistente actitud de no querer ver más que lo que quiere, de negar y ocultar aquello que incomoda la autoimagen y, con ello, impedir la elaboración de un verdadero balance de la situación del estado, y preferir, en cambio, construir un estado idílico que no siempre concuerda con la realidad. Un mundo raro como dijo José Alfredo Jiménez.
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)