Hoy no estoy...
Para quien lo sabe, y por lo que sabe
Hoy mi deber era hablar del fastuoso informe de Marcelo de Los Santos, de su indeclinable vocación al autoelogio, al enaltecimiento y su perfeccionada didáctica y metodología del narcisismo, de la creatividad enfermiza de su camarilla de colaboradores-empleados para diseñar nuevos trajes al emperador desnudo, pero......esta tarde me encierro, me perdono los males -los propios y los ajenos-, suspendo las consignas, me callo los finales, hoy descarto los signos, quemo todas las naves, retiro los avisos y postergo los viajes.
Hoy mi deber era, si cabe así considerarlo, haber analizado el informe de Marcelo de los Santos que ayer un amigo puso en mis manos. Y aunque él también lo ocupaba, en el momento bien pude haberlo revisado para detenerme por lo menos en lo que informó sobre la situación de los derechos humanos en el estado, luego de que se cumple un año de que fui agredido por el equipo de seguridad del gobernador sin que hasta la fecha exista resultado alguno de la investigación, castigo a los responsables, ni recomendación alguna de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero.......esta tarde me declaro en cuaresma, del cinismo me escondo no la abriré la puerta, me niego a los enconos, libero al enemigo, hoy reclamo un pedazo para hallarme conmigo.
Esta tarde me aparto de las viejas canciones, del hambre y del espanto: de las revoluciones. Hoy no soy de la historia, no la narro ni escribo, no pertenezco al mundo, hoy perdí la memoria, hoy me tomo un segundo.
No pude sin embargo dejar de ver el libro del informe de Marcelo "tu gobernador que se ve y se siente". Una publicación ostentosa como pocas. Una publicación a todo lujo, cara, autista, donde predomina el manejo de la imagen propia a la información misma, donde las fotos de Marcelo y su señora esposa son el mensaje con independencia de lo que se escriba. Donde, de nuevo, la forma revela el contenido. No crean, la curiosidad empezó a roerme pero no valía la pena por razones varias. Hoy no quiero, nomás porque sí, un análisis ni superficial o de fondo, no quiero que venga lo tan sabido a hacerme perder la oportunidad de disfrutar un nuevo disco de trova cubana que compré por la mañana, y que me invitó a lo profundo, al misterio, a preferir hablar de lo imposible porque de lo posible se sabe demasiado. Y la parafernalia ególatra y condescendiente de Marcelo y su camarilla de aduladores, es algo de lo que, efectivamente, se sabe demasiado ¿Por qué preferir, entonces, la mala sangre de ahondar en ello, si puedo darme el lujo de ser libre de volar hacia dentro, donde soy más creíble, donde no estoy violento, donde voy a un encuentro?
Esta tarde es mía, y también este espacio. No habrá de importunarme el informe y su cielo, sus ofertas falaces, su mundo sin sustento, hoy no estoy para eso.
No conté lo ganado ni resté lo perdido, no hice balance alguno. Sin darme por vencido: me quite la bandera, me adorne la cabeza y los sueños abiertos.
Por que esta tarde es del aire y del tiempo que sabe de ella y de mi.
Por que esta tarde es del aire y del sueño que partió de ella y hacia ella.
Gracias, también y por cierto, al trovador cubano Ariel Díaz, de quien parafraseé buena parte de la letra de su canción "No estoy en casa", para este artículo intimista.
Esta tarde no estoy...pero habré de volver.
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)