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El écono y el agravio

Es una obviedad afirmar que el encono despertado durante el actual proceso electoral comienza a alcanzar niveles preocupantes.

El asunto es que el encono fue la opción utilizada por los estrategas del PAN, y e ella se unieron los grandes intereses económicos que se agrupan en torno a la figura de Felipe Calderón.

Dispuestos a impedir a toda costa la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, atizaron el encono y el miedo en una sociedad dividida, dividiéndola aún más.

No es verdad que la actual división sea resultado de alguno de los actores políticos, como quieren ahora endilgárselo los mismos intereses de poder a López Obrador. No, la división es un elemento connatural a la sociedad, el asunto es que el entramado institucional debe diseñarse para procurar precisamente que la división encuentre canales que no la conduzcan a la destrucción mutua.

Una sociedad de desiguales es una sociedad dividida. Más aún, toda sociedad está constituida por desiguales.

La desigualdad no es por naturaleza. No es entonces que, desde el punto de vista antropológico, seamos de distinta naturaleza los seres humanos, por el contrario, tenemos los mismos derechos y dignidad.

La desigualdad es social. No todos los que conforman la sociedad tienen las mismas posibilidades de acceder a sus derechos y dignidad inherentes. Solo un reducido grupo tiene acceso pleno a ello porque tienen los recursos materiales y sociales de sobra para lograrlo. El resto no los tiene por lo que debe subordinarse a esta minoría para tener cierto acceso a ello.

La división que hoy se ha explicitado a través del proceso electoral, se construyó sobre la base de esa otra división, más grave y lacerante.

Más no fue resultado casual. No, el encono fue utilizado de manera propagandística por el PAN, el gobierno federal, los grupos empresariales y los medios de comunicación más poderosos del país. Lo utilizaron como medio "eficaz" para revertir la distancia de su candidato. Actuaron de manera irresponsable particularmente Vicente Fox.

No fue el PAN quien condujo al resultado parcial que coloca a Felipe Calderón con más votos, fue el encono y el miedo. Dos sentimientos nada racionales propios más de turbas que de sociedades. Dos sentimientos con los que fue manipulado el voto de la población mediante los aparatos del poder: medios de comunicación, grupos de presión empresarial, jerarquía eclesiástica, entre otros. Estrategia que revela lo que los poderosos de este país piensan de sus subordinados: gente sin razón propia, objetos de manipulación y chantaje.

Pero al encono inducido y manipulado se suma ahora el encono de los que se sienten agraviados.

El sentimiento de agravio también genera encono aunque por razones distintas. La impunidad y el cinismo, así como la actitud complaciente de las instituciones ante tales, provocan agravio y encono.

El encono manipulado por el poder y el encono del agravio hoy se oponen en una espiral cuyo desenlace es difícil de prever.

Pero aún así, de manera irresponsable, vuelven los poderosos a su estrategia del encono manipulado para acallar, minimizar y satanizar el agravio.

(Artículo publicado en La Jornada San Luis)


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