Elecciones 2006 ináutenticas
Lo menos que sin duda puede afirmarse del proceso electoral es que en forma alguna se apegó a los criterios de autenticidad, equidad e imparcialidad.
Tales son algunos de los principales criterios universalmente reconocidos en materia electoral que no se han cumplido en el actual proceso mexicano.
No se trata solo de la jornada electoral como tramposamente quieren enfocarlo los diversos grupos de intereses predominantemente conservadores, que hoy se aglutinan en torno a Felipe Calderón y su partido.
Este es el punto central. Tras de Felipe Calderón y su partido se congregan y expresan los intereses de los sectores más privilegiados de la sociedad. Calderón es tan solo el personero, de gris y bajo perfil, de los intereses de los grandes capitales tanto nacionales como internacionales, así como de las instituciones del aparato ideológico que construyen, conservan y reproducen las condiciones sociales y culturales que se necesitan para mantener las cosas como están en favor de los intereses y beneficios de las minorías privilegiadas del país. Ahí se encuentran los medios de comunicación más influyentes en la construcción de opinión pública, la jerarquía eclesiástica con sus mecanismos y aparatos de adoctrinamiento, buena parte de las instituciones educativas, las cámaras empresariales y comerciales.
Al ver la posibilidad de que llegara al poder alguien que podía introducir cambios, independientemente de sus alcances o posibilidades de éxito, todos esos intereses que mantienen cotidianos y permanentes vasos comunicantes, así como familiares inclinaciones, desplegaron cada cual a su modo y desde su propio espacio, una estrategia de inducción del voto cuya principal manifestación fue la campaña de miedo al electorado.
No fueron solo los aberrantes spots televisivos en que se afirmaba que López Obrador era un peligro para México, sino que fue también un trabajo hormiga en la que empleadores enviaban comunicaciones a sus empleados alertándolos sobre la pérdida de inversiones de ganar López Obrador, desde mails hasta memorandums. Hasta monjitas de colegios particulares preguntaban, por cierto a la hora de pagar a sus empleados, por quién votarían y los invitaban a "reflexionar" sobre el sentido de su voto.
De esta manera y con la abierta animadversión de los poderosos medios de comunicación nacionales y de la Presidencia encabezada por el grotesco Vicente Fox, se crearon las condiciones de inautenticidad e inequidad que caracterizan al proceso electoral, que no solo a la jornada electoral.
La falta de autenticidad y equidad del proceso electoral no se encuentra en ninguna de las actas de la jornada electoral, pero su huella se encuentra en los medios de comunicación y las actuaciones de la Presidencia, el PAN, los gobiernos panistas, los órganos empresariales y la complacencia del IFE.
Papel aparte pero importante jugaron Patricia Mercado y su partido, Cuauhtémoc Cárdenas y Marcos, que terminaron siendo piezas útiles de la derecha y sus intereses.
¿Fue, entonces, la jornada electoral una mera celada con la que culminó un proceso falto de autenticidad, inequitativo y parcial?
Creo que en determinado momento quienes impulsamos un proyecto alternativo de nación valoramos que a pesar de todo ello existían las posibilidades para superar tales condiciones. No ha sido así. Es el momento de que la instancia calificadora del proceso valore tales argumentos.
Como quiera que sea la legitimidad del próximo gobierno está en juego
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)