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Minería contaminante

Como espacio alternativo al Foro Mundial del Agua, numerosas ONG´s de todo el planeta participamos en el Foro Internacional en Defensa del Agua y sesionó también el Tribunal Latinoamericano del Agua un organismo de naturaleza ética en defensa del ambiente y a favor de la protección de los recursos hídricos para el consumo de las generaciones actuales y futuras.

Allí confluyeron varias organizaciones con problemáticas similares respecto de una de las más contaminantes industrias en el mundo: la minería a cielo abierto para la obtención de plata y oro mediante cianuro (lixivación), como el proyecto de Minera San Xavier (MSX). Tal actividad ha provocado irreparables daños al medio ambiente, particularmente a los recursos hídricos de las regiones donde se instalan: Perú, Guatemala, El Salvador, Chile, Nicaragua y Argentina, entre otros.

En todos los casos el modus operandi de las empresas, norteamericanas y canadienses en mayoría, es igual: mentiras, engaños, corrupción, contaminación, irresponsabilidad ambiental, hostigamiento y persecución a sus opositores.

En Cajamarca, al norte de Perú, desde hace 10 años opera la norteamericana Newmont, a través de una subsidiaria llamada Minera Yanacocha SRL, y obtiene oro mediante la aplicación de cianuro. Se instaló gracias a la corrupción fujimorista de la época mediante sobornos a autoridades administrativas y judiciales.

La compañía nunca informó ni a autoridades o pobladores que, como subproducto de su operación, obtendría mercurio, hasta que en junio del 2000 durante su traslado derramó más de 151 kilos en tres localidades: San Juan, Magdalena y San Sebastián de Choropampa. Es considerado el mayor derrame de mercurio inorgánico en el mundo.

Producido el derrame la empresa no advirtió del peligro a la población, peor aún, incentivó su acopio manual entre los pobladores de la zona prometiendo dinero a cambio. Las condiciones de pobreza del lugar, que le permite ser competitiva en el mercado mundial -por supuesto-, llevaron a muchos a recogerlo. No fue sino hasta dos semanas después, el 14 de junio, que se conoció de la situación. La empresa inicialmente culpó a la compañía transportista y no se otorgó ayuda médica a las víctimas. Finalmente ofreció indemnizaciones bastante desfavorables a los afectados, de forma tal que tiempo después debió intervenir un despacho de abogados norteamericanos, Engstrom, Lipscomb & Lack, presidido por la famosísima Erin Brokovich, la de la película del mismo nombre. Entre las graves secuelas de la contaminación, Luisa Arribasplata, resulto con lesiones cerebrales irreversibles que la mantienen en estado vegetativo, y su hija menor tiene insuficiencia renal severa que le obliga a tratamiento de hemodíalisis. Más de mil ochocientas personas resultaron afectadas, principalmente menores de cinco años que ayudaban a sus padres, por la cantidad de 5 soles ofrecidos por la empresa.

Los mantos acuíferos de la zona han sido severamente afectados por presencia de cianuro, arsénico, cromo y manganeso. Así lo demuestran estudios de la empresa prestadora de Servicios de Saneamiento de Agua de Cajamarca, la Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental del Ministerio de Salud y la Comisión Técnica Científica del Agua, todas de Perú, y confirmado por la empresa colombiana INGETEC, a propuesta del programa de salud de la ONU, así como la norteamericana Stratus que intervino a solicitud de la Mesa del CAO, una especie de ombudsman del Banco Mundial que actúa ante denuncias contra proyectos apoyados por la institución financiera mundial, como es el caso.

La contaminación se debe tanto a la naturaleza del trabajo de la empresa, como a las deficientes medidas de prevención de la misma y los escasos recursos que destina a ello, lo cual contrasta con las enormes ganancias que obtiene la empresa pues mientras la onza de oro se vende en el mercado mundial a un promedio de 500 dólares, el costo de producción en Cajamarca es de tan solo 125. Anualmente extrae de la zona 2 millones 800 mil onzas. Buen negocio para sus dueños.

En contraparte, datos del censo peruano de 1993 situaban a Cajamarca como el cuarto departamento más pobre. Para el 2000, a 8 años de actividad minera en la zona, avanzó: era entonces el segundo más pobre. ¿Cuál beneficio o desarrollo ha llevado?

Si solo fuera Cajamarca, pero es tan solo una muestra, hay más aún.

Es algo parecido a lo que nos espera con Minera San Xavier.


(Artículo publicado en La Jornada San Luis)


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