¿Qué pasa con la CEGAI?
A tan solo unos meses de su creación, la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información (CEGAI) y su institucionalidad naufraga de manera estrepitosa, tal y como si un tsunami la hubiese devorado.
Pero el tsunami que hoy le afecta no es resultado de una eventualidad externa a ella misma, como lo fuera la devastadora fuerza que azotó recientemente a Asia, sino un maremoto provocado por sus propios integrantes así como por sus fuentes de institucionalidad, a saber: el Ejecutivo y el Congreso del Estado.
Como terremoto que antecede al tsunami, su propio presidente, en ese entonces Rodolfo Aguilar, prefirió hacer campaña para ocupar otro cargo dejando a la deriva y sin rumbo la barcaza recién estrenada y débil aún, para enfrentar el acoso de las olas.
Los primeros seis meses de la CEGAI no han sido nada afortunados para consolidar y posicionar siquiera a la naciente institución, ya que no ha dado muestras claras de compromiso probado con el tema de la transparencia y mucho menos en el de garantizar a los peticionarios el acceso eficaz a la información pública.
Su accionar comienza a ser burocrático y timorato. Para muestra dos botones: el 11 de noviembre del año pasado presenté cuatro distintos recursos de revisión ante la falta de respuesta de la Oficialía Mayor a mis diversas solicitudes. Cinco días después la CEGAI me notifica haber solicitado a la dependencia un informe pormenorizado de cada una de las solicitudes, otorgándole cinco días hábiles para tal respuesta. De entonces a la fecha: …nada. ¿No le hizo caso la Oficialía Mayor? ¿ha existido algún intercambio de información entre ésta y la CEGAI? ¿hay algún avance? nada me ha sido notificado por la CEGAI. Telefónicamente, cuando diciembre se escurría, me dijeron que al parecer los cuatro asuntos se habrían acumulado con un quinto que interpuse el 3 de ese mes, ampliando así el plazo en beneficio de la dependencia incumplidora de la ley. De cualquier forma no he vuelto a saber nada oficialmente.
Efectivamente, al iniciar diciembre interpuse ante la CEGAI dos nuevos y distintos recursos: el ya indicado ante la falta de respuesta de la Oficialía Mayor y otro, por la misma razón, contra la Secretaria de Turismo del Estado. De este segundo fui notificado apenas el 10 de enero, un· mes y siete días después de presentado, que han solicitado hasta ahora el respectivo informe a la dependencia otorgándole cinco días hábiles para entregarle un informe pormenorizado. ¿Qué les pasa? no queda duda que andaban en otros asuntos menos en lo suyo.
Si en la forma y los procedimientos la ·CEGAI anda perdida, el fondo, es decir su función de garantizar y fomentar la transparencia y el acceso a la información pública, simple y llanamente naufraga sin rumbo.
En nada ayuda que hasta la propuesta para nombrar a quien suplirá al ex capitán de la nave, se aparte de las debidas formas establecidas por la propia ley. En su .momento, y así lo reconoció tardíamente el propio gobernador, no hubo el adecuado análisis sobre la idoneidad para nombrar a sus integrantes, o por lo menos al ex presidente. Se hizo a la carrera, sin definir los perfiles ni analizar las propuestas, y eso que tal proceso se realizó con un año y tres meses de tardanza respecto de la aprobación de la ley.
¿Qué es la idoneidad para ocupar un cargo público? Es el conocimiento adecuado y el compromiso probado con el tema para el cuál se.es elegido, en este caso la transparencia y el acceso a la información pública. Ello permite suponer, sin asegurarlo, que quien ocupará tal cargo lo hará impulsado por un compromiso con dichos valores éticos y sociales consagrados por la ley y tutelados por la CEGAI. La terna propuesta no parece acercarse a ello. Todos son personas honorables, cierto, pero no hay indicio alguno de que sean idóneas para la CEGAI, y menos aún para salvarle de su naufragio.
El maremoto que sucede al terremoto ha llegado ahora a la CEGAI en la forma del descuido de los procedimientos legales y la ausencia del análisis de la idoneidad para el cargo.
Al terremoto provocado por la propia CEGAI y el tsunami que le sucede ¿habrá de añadir el Congreso el asedio de la epidemia?
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)