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De la Minera San Xavier y el Día de Muertos

Lo que mal empieza, mal acaba. Dice el refrán. Y ante la proximidad del día de muertos bien pudiera ser el epitafio o parte de la tradicional calavera que definiría al finado proyecto de Minera San Xavier.

Mal empezó, mal acaba. Empezó mal aquél 26 de febrero de 1999 cuando el Instituto Nacional de Ecología (INE) autorizó de manera condicionada el desarrollo del proyecto minero. Mal acabó, y así lo sentenció el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa el pasado 1° de septiembre: "la autorización de fecha 26 de febrero de 1999, se otorgó contraviniendo las disposiciones jurídicas federales y específicas...por lo que lo procedente es decretar la nulidad de la resolución que confirmó su legalidad y de la propia autorización de uso de suelo" (Pág. 95 de la sentencia).

Entre las causas por las que no debió autorizarse el cambio de uso de suelo están: "poner en peligro la biodiversidad de la zona" (Pág. 90); porque "las dimensiones de la zona de los trabajos a realizar y de las características de la flora y la fauna y materiales altamente contaminantes se requiere de una manifestación de impacto ambiental en su modalidad específica (por lo cual) la autoridad para efectuar la autorización debió solicitar una manifestación de impacto ambiental específica pues al no hacerlo así, hace evidente la violación a la norma aplicable" (Págs. 80 y 95); porque se contravino el Decreto Administrativo que, el 24 de septiembre de 1993, aprobó el Plan de Ordenación de San Luis Potosí y su Zona Conurbada, (Págs. 87-90).

Genio y figura: hasta la sepultura. Pero la Minera San Xavier se empeña en conducirse a su sepelio de la misma forma como lo hiciera en su nacimiento: mediante embustes y falsedades. Luego de conocer la resolución judicial con aroma de extremaunción, la empresa transnacional emite un comunicado donde afirma que el permiso otorgado en 1999 por el INE exige los más altos estándares de seguridad y cuidado del medio ambiente. Falso. La propia UASLP lo advirtió desde 1998 en su Opinión Técnico-científica sobre los componentes ambientales del Proyecto Cerro de San Pedro de Minera San Xavier: "Para el caso del impacto ambiental, en México se asume un enfoque que se circunscribe al ámbito de los ecosistemas y sus componentes biofísicos. En otros países como Canadá y Estados Unidos, se están discutiendo e incorporando nuevos conceptos y componentes entre los que sobresalen: el análisis de los impactos acumulativos; la evaluación estratégica del impacto ambiental; el análisis de la sostenibilidad de los proyectos (componentes económicos, sociales y culturales), y; la aplicación del Principio Precautorio". (Pág. 5) Y recomendó a las autoridades a que tomaran en cuenta tales aspectos, lo cual no se hizo.

Engaña también cuando afirma que no recibió notificación oficial del Tribunal Federal encargado de aplicar la ejecutoria pronunciada el 23 de junio por el Noveno Tribunal Colegiado. Pero olvida reconocer que desde el 2 de marzo del 2001 "por acuerdo (del Tribunal Colegiado) se tuvo por precluido el derecho del tercero interesado para comparecer en el juicio, toda vez que el acuerdo por el que se le corrió traslado de la demanda le fue notificado el 12 de octubre del 2000, sin que hasta el momento de la emisión del acuerdo de referencia hubiera hecho manifestación alguna al respecto". (Pág. 5 de la sentencia). Dicho -como se estila decir- en cristiano, Minera San Xavier renunció por omisión a su derecho para participar en el recurso interpuesto por la entonces representante de Pro San Luis Ecológico, la Dra. Angelina Núñez, para combatir el permiso otorgado a la empresa.

Tampoco informa que el 3 de septiembre, a través de sus representantes legales, solicitó al Noveno Tribunal Colegiado copia certificada de la sentencia de amparo resuelta el 24 de junio en la que se ordenaba al Tribunal Federal cumplimentar la decisión de nulificar la autorización concedida a la empresa. Ni que días después le fueron entregadas, como consta en los estrados de tal Tribunal en la Ciudad de México.

¡Bueno! Ahí les va su calavera adelantada del día de muertos:


Se despide la Minera

con su genio y su figura

tanta fue su mentidera

que incluso en la sepultura

a la muerte dijo: "¡ingrata

no me entierres por favor¡

Minas tengo, son de plata

me las dio el Gobernador.

Si me sacas del oscuro

agujero en el que estoy

de recompensa cianuro,

que no mata, yo te doy".

La muerte, que no es pendeja,

caso no le quiso hacer:

"¡ni en los huesos ésta deja

ya mero le voy a creer!".


(Artículo publicado en La Jornada San Luis)


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