Miércoles de cenizas
¡Vaya miércoles! Sin cuaresma de por medio ni ritual de penitencia alguno, resonó la sentencia: "¡polvo eres y en polvo te convertirás!".
La admonición alcanzó a dos formas de poder que, en su momento, compartieron intereses comunes y ahora lo hacen en destinos similares engarzados por una común cita cronológica en la agonía de junio. Reverbera y resuena: "¡en polvo te convertirás!".
Las cenizas eran, también, origen y destino compartido de Minera San Xavier y la administración silvanietista.
Minera San Xavier y su vocación al polvo pareciera un destino manifiesto. Su proyecto para hacer 77 millones de toneladas de polvo y arrasar más de 67 hectáreas de paisaje, historia y cultura no dejan duda alguna de su polvorienta vocación.
Pero se trataba de polvo y ceniza para otros. Polvo "enriquecido" de cianuro y empobrecido de oro. Porque el oro se va, pero el polvo cianurado se queda, para ser esparcido como ceniza sobre Cerro de San Pedro -devenido en cráter- y como lluvia seca sobre el Valle de San Luis, su aire y su agua. Ceniza para los demás.
Pero este miércoles de ceniza sin cuaresma litúrgica alcanzó, contra sus propios pronósticos, a la minera, para ser cubierto de polvo su proyecto. Polvo eres y en polvo te convertirás.
La administración silvanietista también hizo de la ceniza su origen y destino. Último estertor del priísmo hecho gobierno. Último aleteo del vuelo fugaz de un ave fénix que se quiso recomponer de las cenizas, acabó por hacer ceniza lo que tuvo. "¡Polvo eres y en polvo te convertirás!".
Nada como un miércoles, aún sin cuaresma, para tan singular destino. Polvo de otros lodos y de los propios. Lodazales de despilfarros, desvío de recursos, obras y empresas fantasmas, que resecados por el calor devinieron en polvo y ceniza. Como todo lo que por el fuego destructor atraviesa, solo cenizas quedan del sueño generacional que descabezó Fernando Silva Nieto.
penitencia, humillación por el daño causado
!Vaya días que nos ha tocado atestiguar¡ Cerro de San Pedro, cuentas públicas, affaires legislativos, secuestros, megamarchas, marchas y marchitas. ¡Lotería!
Sin que el conjunto de la población sea plenamente conciente de todo lo que ello implica, nuestra entidad y el país mismo, transita ineludiblemente a su cita con el futuro.
El tiempo de las definiciones se aproxima. De hecho los sectores que encabezan las distintas opciones políticas, sociales y económicas hacen sus acomodos y reacomodos. Afinan sus estrategias, y hacen acopio de fuerza para el enfrentamiento final, que será precedido por otros de similar intensidad. La adrenalina sube de nivel.
Sin la precisión cronológica de los procesos electorales, como lo fueran los ya míticos 6 de julio del 88 y el 2 de julio del 2000, se está jugando el destino próximo de nuestro país y de nuestro estado.
Con decisiones poco notorias para el conjunto de la población, los distintos proyectos de país tejen su telaraña en búsqueda de que la sociedad se alinie con unos o con otros.
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)