CEDH: Ausencia de análisis profundo
Sin la existencia de un debate profundo y responsable al interior del Congreso, y por disposición directa del Ejecutivo, hoy se dará a conocer el nombramiento de quien presidirá la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la cual se debate en una seria crisis de credibilidad ganada a pulso.
No es posible solicitarle a quienes ocupan alguna diputación que sean amplios conocedores de todos los temas, como el de los derechos humanos en este caso, pero sí les es exigible que cuando aborden algún tema dentro del marco de sus atribuciones legislativas lo hagan, como lo señalé al inicio, con profundidad y responsabilidad, particularmente a través de aquellas comisiones creadas exprofeso al interior del órgano legislativo. No es caso en esta ocasión.
Y no es que no haya habido tiempo para ello, ya que contrariamente a los dos anteriores nombramientos, en esta ocasión se creó una amplia corriente de opinión pública entre distintos y muy diversos actores sociales y políticos de la entidad. El tema fue abiertamente abordado por analistas, periodistas, organizaciones sociales, grupos empresariales, investigadores y docentes, entre otros, de lo cual da fe la prensa local durante los últimos dos meses. Sin embargo lo anterior no fue suficiente para que el Congreso, o alguna de las fracciones que lo conforman, se decidiera a abordar el tema con una mayor reflexión, ni convocar a la ciudadanía para que a través de un mecanismo abierto y visible, que redujera espacios para la discrecionalidad y las negociaciones bajo la mesa, se tratara tan importante asunto de frente a sus supuestos representados, que ya se habían manifestado interesados en la cuestión.
Aún suponiendo que los congresistas no se hubieran enterado de tal corriente de opinión pública en torno al tema de la CEDH y la sucesión de su actual y patético Presidente, les fueron allegados elementos y propuestas con suficiente anterioridad como para permitirles la reflexión profunda y responsable cuya inexistencia se evidencia, y algunos diputados han tenido que reconocer.
De entre los elementos que se les ofrecieron destaca la opinión documentada respecto de la necesidad de establecer antes que todo y a través de la reflexión abierta, un perfil de idoneidad para el cargo. Incluso se les proporcionó, primero a las instancias correspondientes, como la Comisión de Derechos Humanos del Congreso presidida por Ismael Trujillo, y luego a la generalidad de congresistas una propuesta específica de tal perfil para que la reflexionaran y debatieran, ¡y nada!
Estrategia premeditada para tener margen de negociaciones legislativas; negligencia en el obrar legislativo; ingenuidad política; desconocimiento; esperar la línea de la bancada respectiva o del Ejecutivo; como fuera que sea se obró con negligencia sobre el tema, recayendo la principal responsabilidad en la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, la cual jamás generó una corriente de análisis al conjunto de los legisladores, aún cuando tuvo muchos elementos para hacerlo. ¿Negligencia o dolo? deberá responder dicha Comisión y su presidente.
La ausencia de debate y la consecuente toma de postura a la que el primero debió haber conducido, particularmente entre las bancadas opositoras, han creado las condiciones de debilidad del Congreso local que permiten nuevamente al Ejecutivo ser el gran elector y que su intervención extralegal sea como en las ocasiones anteriores, el elemento decisivo para la designación de hoy. De poco, o casi nada, parece servir el formalismo legal y vacío de que el Congreso nombra al titular de la CEDH. Peor aún, existe incluso el patético escenario de la coincidencia de ciertos congresistas opositores con la propuesta del Ejecutivo.
La imposibilidad o incapacidad, negligente o intencionada, de los legisladores de establecer un debate profundo, responsable y abierto al interior del congreso, así como una toma de postura clara y decidida, queda evidenciada en la utilización de un medio externo al propio Congreso que decidió utilizar el diputado panista Arturo Ramos Medellín en su artículo publicado en la edición del 21 de Marzo de La Jornada titulado: "Por fin, derechos humanos en San Luis". En él, sin mencionar siquiera por su nombre la propuesta que respalda para ocupar la presidencia de la CEDH, y al cuarto para las doce (al más puro estilo de los 15 minutos foxistas) a través de un canal externo al ámbito propio del Congreso del que forma parte, intenta dirimir el asunto y conminar a la "madurez" de los legisladores, inclusive a los de su propio partido, para definir el nombramiento. Para cuando su artículo apareció la Comisión de Derechos Humanos del Congreso ya había elaborado el dictamen que hoy se “discutirá” en el pleno.
Algunos de los pormenores respecto de la forma en que se fue conformando el nombramiento que realizará hoy el Congreso, los publicaré mañana, cuando la prensa de cuenta del mismo.
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)