Tabasco y San Luis
El proceso electoral de Tabasco es un serio y grave indicio de los escenarios políticos que el país habrá de enfrentar de ahora en adelante. Tabasco es, sin duda, el laboratorio político tanto del postpriísmo, como del foxismo y hasta el perredismo.
Los reacomodos del PRI en un escenario postzedillo y con el foxismo atraviesa, por lo visto en Tabasco, por la reproducción y restauración de las peores tradiciones electorales del priísmo clásico y del sistema político al que dio sustento: el autoritarismo, la coacción, el corporativismo, la delincuencia electoral, la manipulación abierta de las "autoridades" electorales y la impunidad como su necesario corolario.
Si bien no puede necesariamente concluirse que el reacomodo del priísmo a nivel nacional será siguiendo el esquema de Tabasco, tampoco puede descartarse que el esquema será seriamente considerado, ya que forma parte de la más genuina tradición de tal organización política. Ciertamente el esquema atravesaba por una vertiente de carácter federal, que ahora no aparece con la claridad de antaño, pero no por ello deja de existir. Parece que ahora, el eje aglutinador y propulsor de esta restauración deberá estar ubicado en intereses locales sólidamente asentados en una red de grandes complicidades políticas y, evidente y necesariamente, económicas, y la vertiente federal se traducirá en una especie de contrafuerte, sea por participación activa (CEN del PRI) o por omisión (foxismo).
Donde pueda reproducirse el "tabascazo", el CEN del PRI colocará capacitados operadores y estrategas (que le sobran) así como algunos recursos y logística, con la clara estrategia de acumular fuerzas que le permitan poner en jaque y negociar con la próxima administración. Ahora mismo los grupos priístas de las distintas regiones del país, comienzan a realizar sus cálculos y movimientos en vistas a crear condiciones para reagrupar las fuerzas del priísmo en esquemas de hegemonías locales siguiendo el ejemplo de Madrazo. No todos lograrán hacerse o conservar el poder en las entidades, pero lo intentarán al menos. No será San Luis la excepción.
A través de Madrazo, el priísmo tradicional -y hasta el "moderno"- está midiendo y, ahora, retando al foxismo. A la vez le propone una estrategia de reparto feudal del poder en el país. La respuesta del foxismo es, en definitiva tibia, y de acuerdo con los antecedentes todo parece indicar que ha preferido la cesión. Alegan prudencia, incompetencia (en lo relativo al ámbito de sus atribuciones), congruencia con su pasado opositor, pero el reto político está lanzado y no puede evadirse. Tal vez incluso consideren el escenario de que, mientras ellos tengan el control de los aspectos administrativos federales, podrán poner coto al reto regional del "tabascazo", pero deberán considerar seriamente que eso bien puede ser una ilusión al más puro estilo del periodo feudal europeo en el que el poder de la corona era inoperante ante el poder del Señor Feudal en su localidad.
En mi opinión, el foxismo debió enviar un mensaje claro sobre lo sucedido en Tabasco, independientemente de su real y efectiva capacidad para revertir lo sucedido. No hacerlo es ya un claro indicio para la instauración del "tabascazo" como esquema efectivo de recuperación regional del priísmo.
Otro escenario que será interesante ver su evolución es la respuesta que el Poder Judicial, mediante el Tribunal Federal Electoral, realice respecto del “tabascazo”. Será una importante ocasión para ver la eficacia de dicho órgano, así como para apreciar la consolidación tan necesaria que dicho Poder de la Federación necesita hacer en el actual contexto particularmente en lo que se refiere a su autonomía y su capacidad de erigirse por encima de los intereses particulares, sean regionales o de la propia administración federal.
Considero que no en todas las regiones del país existen las condiciones para un reagrupamiento del priísmo bajo el esquema del “tabascazo”, pero la tentación no será poca considerando su posible efectividad y su predisposición a tales tradiciones arraigadas en él.
Resalta la destacada participación del exlegislador local Carlos Jiménez Macías en la estrategia del "tabascazo". Operador clave de lo sucedido quien ha actuado como representante del PRI ante el risible Instituto Electoral del Estado de Tabasco, que obedece a las órdenes directas del ahora "gobernador electo", y presidida por un grotesco delincuente que hasta armas porta.
En el ámbito local es sabido de los intereses políticos que Jiménez Macías tiene, en el sentido de ser un persistente aspirante a la candidatura del PRI por la gubernatura. Su situación actual no es quizá la mas favorable para sus intereses, tanto porque en la pasada selección de candidatos de su partido fue desplazado por el grupo local hegemónico que decidió a quienes postular, como por su ahora plena identificación con el madracismo.
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)