Minera San Xavier: ¿Decisión económico-técnica o política?
Son ya varias las voces públicas que han comentado en torno a la instalación o no de la Minera San Xavier (MSX). Los dirigentes empresariales tienden a ver con buenos ojos su instalación por los presuntos beneficios económicos que traerá, y que se reflejarán, según ellos, en empleos e inversión, lo cual originará una supuesta "derrama económica" para la zona. Voces como la del diputado priísta Fabián Espinosa y la del panista Mario Leal Campos, coinciden en señalar que deben prevalecer las razones técnicas por encima de otro tipo de consideraciones, particularmente las "políticas". La dirigente del PRI, algo más cauta por esta ocasión, también manifestó el apoyo que su partido da a la instalación aunque consideró que por encima de los intereses económicos debe prevalecer la armonía.
Coincidente, en parte con las anteriores posturas, el propio titular de la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno consideró "inviable" la realización de un plebiscito para decidir sobre la instalación de la MSX a través de un argumento tan generalizador como simplista aduciendo que se sentaría un precedente negativo para la inversión privada.
Hay una serie de presupuestos lógicos comunes a tales posturas, nada novedosos por cierto, y que bien podrían agruparse en la famosa frase que acuñara Porfirio Díaz para gobernar: "mucha administración y poca política".
La administración es, como se sabe, una técnica para la conducción económica, productiva y/o empresarial, y se aplica tanto en el ámbito de los intereses privados como de los públicos. Pero el sentido y énfasis que parece prevalecer en las opiniones anteriormente señaladas parece recaer más en el terreno de lo privado que de lo público, sobre todo por el pretendido y conciente deslinde que, según tales posturas, debería tener la decisión de la instalación de la MSX de otros elementos no técnicos o económicos.
Lo privado sobre lo público; primero lo técnico que lo político; primero lo económico que lo demás. Y el gobierno estatal, garante de lo público y cuya función esencial radica en la preservación del interés colectivo, parece coincidir con lo anterior, renunciando así a su razón de ser. Tal parece ser la tónica de la actual administración estatal: la renuncia de la política a favor de los intereses privados, sean locales o transnacionales, a través de la subordinación de ésta a lo "técnico", lo "económico", "la inversión", etcétera.
En torno a la instalación de la Minera San Xavier (MSX) existen muchas más consideraciones que las meramente "técnicas", sean ecológicas o jurídicas, y que no deben ser minimizadas de manera tan simplista y ramplante, menos aún por los encargados de preservar el bien común, que es por definición el gobierno, hoy por hoy personalizado en el gobernador Fernando Silva Nieto, y cuya claudicación en el caso de la MSX es evidente.
Que las voces del sector empresarial y sus apéndices, como se empeña en convertirse el PAN, o la de los grupos oficialistas y progobiernistas lo hagan, es otro asunto nada grave tampoco, ya que generan corrientes de opinión al interior de la sociedad, y pone de manifiesto el bajo nivel de reflexión y análisis que les afecta en su actuar social, sea en el campo político como en el económico.
Enumero tan solo algunos de los aspectos no técnicos que también deben ser seriamente considerados sin minimizarlos ni evadirlos con argumentos mezquinos.
1) La consideración económica, que no debe agotarse tan solo en la superficialidad de la "derrama económica". ¿Esta es tal? ¿De los 300 empleos que dará la MSX, cuantos serán ocupados por mano de obra local? y en todo caso ¿de qué nivel, cualificación y remuneración serán estos? No es difícil razonar validamente que los puestos administrativos y técnicos estarán, algunos, en manos de extranjeros y de profesionales especializados no necesariamente de la localidad, otros. Sin duda, en cambio, los de menor remuneración por ser mano de obra no cualificada serán ciertamente ocupados por obreros, quizá de las localidades cercanas. ¿Qué porcentaje será este último? ¿Eso puede considerarse "derrama económica"? Tampoco hay que caer en la falaz disyuntiva del "¡esto, o nada!", tan grata a la perspectiva minimalista del capital transnacional y local. Por otro lado hay que cuestionarse sobre el carácter depredador y meramente temporal del proyecto ¿Luego del 2008, cuando deje de operar la empresa, habrá quedado algún proyecto de desarrollo sustentable en la zona o la rama productiva? ¿Hay algún tipo de transferencia tecnológica que permita contemplar un beneficio a largo plazo para la actividad minera en el estado?
2) La consideración política, que pretende minimizarse y degradarse por algunas voces públicas a la "politiquería". Para ellos toda acción social pública, es decir: política, necesariamente esta "contaminada" por intereses oscuros e inconfesables que, por otra parte, jamás llegan a definir o identificar. La "politiquería" siempre la hacen otros, ellos, en cambio, hacen la verdadera política, ellos la dignifican desde su partido, desde el Congreso, desde sus organizaciones. En el caso de la MSX la consideración política es necesaria, porque los efectos sociales, sean por causas ecológicas u otras, que puede tener son razonablemente peligrosos y sin las posibles compensaciones benéficas (económicas, ecológicas, culturales, etc.) que lo justifiquen con probada validez. Por ello debe intervenir la política, con pleno derecho, en la decisión. Y no debe renunciar el gobierno a ello como lo ha estado haciendo sistemáticamente en tantos otros asuntos. No importa que a tal irresponsabilidad sea convocado por los empresarios, los partidos políticos, o quien fuera. ¿Por qué no ha de aplicarse un plebiscito, tal y como el propio Silva Nieto llegó a plantearlo? Ahora, si el gobierno renuncia a la política ¿porqué habríamos de hacerlo los potosinos, organizándonos para hacer valer el legítimo derecho a manifestar nuestra opinión y oposición a la instalación de la MSX?
3) La consideración cultural, en la que se incluye la perspectiva del, así llamado, "patrimonio histórico" que representa el poblado de Cerro de San Pedro. Lo cual no debe evadirse con argumentos tan pedestres del tipo: "¿quién come patrimonio cultural?". Argumentando así deberíamos emprender una campaña para destruir documentos, archivos históricos, hemerotecas y bibliotecas públicas que son consultadas solo de vez en vez cuando algún historiador, si fuere el caso, busca algún dato que habrá de servirle para la publicación de cierto artículo, monografía, investigación, libro, etcétera, los cuales por cierto, podemos asegurar, no habrán de convertirse en un best seller rentable. Igualmente, desde tal óptica, seria "racional" derruir casas, monumentos, edificios del centro histórico, iglesias, para construir "molls" y todo tipo de empresas que generen "derrama económica". El patrimonio cultural de una sociedad no es, en efecto, un producto comestible ni un medio de producción o centro de distribución que sea "rentable", ¿por ello lo hemos de menoscabar o afectar, por criterios "técnicos"?
4) La consideración ecológica, con sus aspectos técnicos desde luego pero sin considerarse anticipadamente como los que deben prevalecer como condicionantes. Y hoy más que nunca deben reconsiderarse a la luz de los antecedentes que el socio accionista de MSX, Cambior Inc., tiene en otras latitudes, tal y como oportunamente ha sido señalado en la edición de ayer de la Jornada San Luis. Como pudimos enterarnos, tal compañía que junto con MSX habrá de venir a unos cuantos kilómetros de donde usted está leyendo este artículo, es responsable de un ecodesastre de gran magnitud en Guyana ocurrido en 1995 también con residuos contaminados de cianuro, elemento con el cual operará en Cerro de San Pedro. Además, según información de Desmond Travis, ambientalista canadiense, el socio de MSX y coinversionista en el proyecto, tiene la más baja calificación de las autoridades ambientales de Estados Unidos de Norteamérica, debido a sus técnicas utilizadas y sus antecedentes.
¿Debemos, entonces, permitir que MSX se instale entre nosotros por razones meramente técnicas, entre las que se incluyen las jurídicas a que alude el gobernador del estado?
(Artículo publicado en La Jornada San Luis)